miércoles, 18 de febrero de 2009

PETROISLAM

Puede ser que al abordar este tema, que intentaré sea lo más completo posible, hiera determinadas sensibilidades hoy día muy concienciadas hacia la bondad de la religión mahometana y fielmente decididas a asumir la Alianza de Civilizaciones como panacea a los males que hoy afectan a gran parte de nuestro querido planeta llamado Tierra.
Quien esto escribe desea poner de manifiesto que no siente animadversión alguna hacía el mundo islámico, al que conoce y con el que ha convivido desde su nacimiento allá en tierras de Marruecos. Sin embargo creo necesario que difundamos de forma elemental, pero clara y precisa, que es lo que representa para mil trescientos millones de personas (de las cuales veinticinco millones de ellas viven en Europa) la religión conocida como ISLAM.
La palabra"Islam" significa "sumisión" (“No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta) y esta sumisión está reflejada en el libro sagrado (EL CORAN) que es el elemento central de la fe y fuente de legislación en la mayor parte de los países musulmanes.
Para el Islam las cinco columnas básicas que debe respetar todo musulmán, son: No hay mas dios que Alá y Mahoma es su profeta; la oración; la ayuda económica a huérfanos y pobres; el ayuno (ramadán) y la peregrinación a la Meca. Estos son los principios básicos de la fe musulmana y ante ellos nada tenemos que objetar. Pero el libro sagrado o Al Qouram no se limita a establecer estos elementos centrales de la fe, sino que constituye fuente legislativa suprema que abarca un amplio abanico de interpretaciones posibles. De ahí que este"código legal" pueda ser adaptado y adoptado según cada sociedad y época. En esta actitud "interpretativa" es donde radica la clave de una religión que puede ser considerada hoy día como la más belicosa de todas. En su nombre se acometen atentados, se perpetran, matanzas, se pide la muerte para escritores, intelectuales o periodistas, se violentan los derechos de las mujeres....
Tres son las escuelas interpretativas del Islam: la chií, la suní y la wahabí. Hay quienes pretenden negar que en las tres exista el germen del más radical fundamentalismo, es decir, la implantación de la "sharia", o sea el código legal inspirado en el Corán y las tradiciones de la vida del profeta. Pero eso no es cierto y en demostrarlo nos vamos a detener.
La escuela chiita se caracteriza por el inmenso poder de los clérigos o teólogos; los chiitas veneran a Alí (yerno de Mahoma) y a su hijo Hussein con tintes de adoración extrema; consideran a la Meca como santuario central y como ciudades sagradas Nayaf y Kerbala, ambas en Irak. Defienden el código legal de la Sharía y establecen el Islam como religión de estado. El compendio de normas jurídicas basadas en el Corán y las tradiciones es el eje de la vida espiritual y civil de los chiitas; el poder de los teólogos es omnímodo hasta el punto de que el líder supremo de la nación no es el presidente sino el máximo " ayatolá" o teólogo. (Caso de Irán). Las normas de la sharia van desde la lapidación o decapitación (por apostasía) hasta la flagelación (por delitos como el adulterio) pasando por la mutilación (cortar la mano derecha a los ladrones). Se prohíbe tajantemente la venta y consumo de alcohol. Se obliga a las mujeres a utilizar el "hiyab" (velo), se impone un vestido largo que cubra todo el cuerpo, y se recomienda el uso del "burkha". Se prohíbe la práctica de cualquier otra religión distinta a la musulmana y se persigue con gravísimas penas cualquier acto de proselitismo. Proclaman la legalidad de la "yihad" (es decir, la guerra santa contra el infiel) y prometen a sus combatientes " el paraíso de las huríes".
Los chiitas se extienden por todo Irán y Bahréin; el 60% de la población iraquí es chiita, además del 20 % de los habitantes del Líbano pertenecen a esta escuela; así mismo existen numerosos grupos en Afganistán, Yemen y Asia Central.
Actualmente existen autores que defienden la teocracia chiita que domina Irán como "un experimento de democracia musulmana ya que conjuga una forma política parlamentaria con una observación estricta del Islam". A mi parecer, estos "intelectuales"no han observado que el líder supremo de esa nación no es el presidente, sino un teólogo o ayatolá nombrado entre los miembros de la Asamblea de Expertos, a su vez compuesta por 86 clérigos votados por el pueblo, entre los candidatos previamente aprobados por el Consejo de Guardianes. Este Consejo lo integran 12 teólogos de los cuales seis son nombrados por el líder supremo y los demás por el Jefe de la Judicatura, que a su vez debe el cargo al mismísimo líder supremo. Este "galimatías " se reduce a un hecho muy simple: el líder supremo, y perdóneseme la frase coloquial, "es el amo del cotarro".
Es cierto que en las elecciones generales los ciudadanos eligen al presidente de la República, pero entre los candidatos que previamente han sido aprobados por el Consejo de Guardianes. De otra parte, toda ley que emane del parlamento debe ser revisada por el citado Consejo para confirmar que es compatible con la sharia; de no ser así, deberá ser modificada.
Por lo tanto, cualquier parecido a la Democracia es pura benévola invención de tales intelectuales. La Sharia es el eje de la vida de las comunidades chiitas y en ella radica el más profundo de los fundamentalismos islámicos. La Sharía está en completo vigor en Arabia Saudí, Sudán, Irán, Nigeria, Bahréin y algunos pequeños países del Golfo Pérsico.
Las escuelas suníes representan otras tantas tendencias dentro del Islam suní; son conocidas como maleki, hanefí, hanbalí, y chafeí. Las diferencias entre ellas son escasas; las más difundidas son el modelo hanefí (sunitas de los países orientales), y el modelo malekí (sunitas de los países del Magreb). Los movimientos religiosos surgidos de ellas establecen como meta recuperar la religión como factor de cohesión social o como bandera política. Fundamentalistas, integristas e islamistas, predican una vuelta hacia la religiosidad más estricta que abarque todos los ámbitos de la vida. Estos movimientos religiosos apadrinan un "regreso" a los preceptos de la fe, tal y como fueron concebidos por Mahoma y exigen que estos rijan todos los aspectos de la vida pública y piden la implantación de la sharía.
El 85% de los musulmanes pertenecen a la rama suní del Islam; las diferencias teológicas con la rama chií son mínimas y no afectan a los dogmas básicos. No reconocen ninguna autoridad religiosa concreta aunque las "fatwas" (circulares teológicas) del muftí supremo de la Universidad Islámica de El Cairo ejercen una notoria influencia en el mundo suní, sin embargo sus opiniones nunca son vinculantes ya que " un buen suní sólo debe responder ante Alá de sus pecados".
Sólo Turquía y Siria son, dentro del mundo musulmán, "estados laicistas" y la aplicación de la sharia está prohibida y severamente castigada. No ocurre igual con otros estados islámicos. Egipto y Pakistán , auténticos adalides en el pasado de la laicidad del estado, están volviendo a acercarse a la religión como consecuencia de las corrientes integristas que se han acrecentado en los últimos años( "Hermanos musulmanes"," Al Qaeda"..); Marruecos, monarquía parlamentaria, cuya Constitución da amplísimos poderes al rey, también está en el punto de mira de los integristas, y aunque basa su código penal en modelos occidentales, se inspira en la Sharía para las cuestiones civiles como matrimonio, divorcio, herencia, tutela de los hijos etc..; por lo que respecta a Túnez es cierto que posee una legislación más laica y aparentemente más occidental, pero es de facto una dictadura que funciona como eficaz baluarte contra el islamismo político, que podría hacerse con una importante cuota de poder en caso de que el país se democratizará, tal como ha sucedido en Argelia envuelta hoy día en una guerra civil entre el Estado y el Frente Islámico de Salvación( FIS) , agrupación de partidos islamista de corte fundamentalista en donde predominan los salafistas, los fundamentalistas más sanguinarios del Islam.
Resumiendo, tan sólo dos de los países árabes de los mal llamados "moderados" se declaran laicos; los demás, en mayor o menor medida, no tienen empacho alguno en aplicar la sharía de una forma más o menos declarada.
Llegamos finalmente a los Wahabíes, actualmente la más importante de las corrientes islámicas a la vez que la más fundamentalista.
Este movimiento islámico fundado en 1745 por el "mulha"(predicador) Abd al Wahab, rechazaba tajantemente el consumo de vino y tabaco, el juego, la ostentación material, e imponía unas normas sociales y sexuales restrictivas y desconocidas hasta entonces. Fueron los seguidores de este movimiento los que elevaron al rango de líderes políticos a la familia Al Saud y consiguieron que el príncipe Ibn Saud(que había conseguido entre 1900 y 1925 unir la mayor parte de la Península arábiga, con la inestimable ayuda de la Gran Bretaña) declarará a Arabia Saudí oficialmente wahabí. En esta nación rige y se aplica como legislación penal la Sharía y la separación entre hombres y mujeres es estricta. Arabia Saudí ha exportado este movimiento religioso a gran parte del mundo musulmán: Sudán, norte de Nigeria, Afganistán, Bahréin entre otros.
Los ingresos del petróleo permiten hoy a Arabia Saudí financiar en todo el mundo la construcción de mezquitas, el pago de los salarios a los imanes, atender las necesidades económicas de las "madrasas" o escuelas coránicas, crear universidades donde son adoctrinados los estudiantes por radicales predicadores wahabíes etc. Este fenómeno empieza a ser conocido como PETROISLAM.
Un ejemplo de cuanto afirmamos lo tenemos en España, y más concretamente en Madrid, y no es otro que el Centro Cultural Islámico más conocido como la " Mezquita de la M-30. Fue financiada en su totalidad con dinero saudí y depende directamente de la casa real saudí quien asume su mantenimiento, nombra al imán principal y demás predicadores, paga sus salarios y mantiene varias escuelas coránicas. La inversión en la Mezquita de la M-30 supuso 20 millones de $ y dispone de un presupuesto mensual de 400000 euros. El origen de este dinero es de sobra conocido: los pozos petrolíferos de Arabia Saudí. Su objetivo no es otro que difundir el islam severo de los wahabíes, entre los musulmanes en España. Aprovechando que en nuestra nación no existe control gubernamental sobre las prédicas se capta fácilmente a los inmigrantes normalmente iletrados y que viven en un medio desconocido y hostil, sobre todo cuando el imán de la mezquita les ofrece ayuda para conseguir trabajo, papeles, una vivienda etc.
La casa real saudí financia centenares de comunidades religiosas en todo el mundo; pero últimamente se ha centrado principalmente en Europa occidental, en el Continente africano y en parte de Asia. Este programa se puso en práctica a raíz de la conquista del poder por los talibanes en Afganistán, extendiéndose progresivamente hacia Pakistán a raíz del golpe de estado del general Pervez Musarraf. Al mismo tiempo se abrían otros frentes de influencia: Argelia donde el FIS era totalmente financiado por el "petroislam", el Sudán, donde el conflicto entre la población musulmana del norte- en el poder- y las comunidades del sur, animista o convertidas al cristianismo, se agudizó con la instauración de la sharia en 1983 convirtiéndose en una guerra civil entre otros motivos porque el gobierno wahabista intento aplicar la sharia a los ciudadanos no musulmanes y permitió el establecimiento de una esclavitud encubierta en favor de la población musulmana; Nigeria, estado federal, con una mayoritaria población cristiana en el sur y musulmana en el norte, y que impuso en 1999 la sharía con la ayuda financiera y política de Arabia Saudí. Y finalmente Europa.
En Europa podemos distinguir entre musulmanes autóctonos (entorno a los 7,5 millones) e inmigrantes (alrededor de 13,5 millones).Es sobre estos últimos sobre los que los wahabistas extienden sus esfuerzos de captación.
Los inmigrantes tienden a aislarse de la sociedad europea que no les entiende, y a menudo, les atribuyen todos los males que en sus propias sociedades están desterrados del debate público, aunque existan (prostitución, drogadicción, destructuración familiar etc. Su ignorancia de los códigos sociales vigentes, les hacen ser rechazados por la sociedad europea. Su sentimiento de frustración y rencor con la sociedad de acogida va en aumento cada día que pasa. Por ello, muchos de ellos inician la búsqueda de contenidos religiosos para afianzar la identidad cultural y distinguirse de la sociedad que los recibió. Los ritos islámicos se convierten así en un símbolo de cohesión y solidaridad interna frente a una sociedad exterior que perciben como hostil. Este proceso, que se percibe claramente en la segunda generación de inmigrantes, o sea entre personas nacidas en suelo europeo pero aún vinculadas a una cultura islámica (piénsese en los autores de los atentados de Londres, o en los provocadores de los recientes disturbios sociales en Francia), se ha incrementado vertiginosamente en las últimas décadas, algo que no es ajeno a la proliferación de mezquitas financiadas por los saudíes. La difusión del ideario wahabí es el objetivo final de estas inversiones financieras, En mi opinión, se trata simplemente de disponer de una "quinta columna" para el momento preciso del ataque final.

Resumiendo, si pretender imponer un código de conducta civil y moral que repugna a los conceptos democráticos vigentes; si negar los derechos más elementales a distintas capas de la población, si predicar el odio al infiel y declarar santa la guerra, si justificar la inmolación de niños en aras a la mayor grandeza de Alá, si cometer atentados que provocan la muerte de miles de inocentes, si reprimir los derechos humanos- sobre todo en las mujeres-, si decretar a través de "fatwhas" l la muerte de escritores, políticos, periodistas ; si no condenar la esclavitud y beneficiarse de ella.... Si todo ello no hace al Islam actual la religión mas guerrera y bárbara de las existentes, es que el Hombre ha perdido la noción del Bien y del Mal y puede ser condenado a purgar duramente su inconsciencia.

JUAN ESPAÑOL

LA PAZ NO SERÁ POSIBLE

A través de los dos anteriores artículos dedicados al análisis de la confrontación árabe-israelí que viene teniendo lugar desde el año 1947, y en los que hemos examinado los antecedentes remotos y próximos del mismo (“ La Gran Mascarada”), así como la inferencia que la creación del grupo islamista radical Hamás (“ Hamás o la cólera de Alá”) ha tenido en el actual panorama político, social y militar de aquellos territorios, llega el momento en que debamos establecer unas conclusiones que nos permitan determinar, si en algún momento de la historia, la Paz será posible en aquella tierra sagrada y, a la vez, mártir. Lo que aquí se va a exponer es la opinión personal del autor de este trabajo, que en ningún momento pretende que sea compartida por sus lectores, y de la que se responsabiliza totalmente. Dicho lo anterior, veamos a que conclusiones se puede llegar en tan delicado tema.

La primera es que el pretendido “Estado Palestino” es una entelequia con pocos visos de realizarse algún día. Jurídica, y sobre todo, políticamente, Palestina no existe; existen los territorios donde se asienta un pueblo, el palestino, que sufre el desgarramiento partidista de sus líderes y padece el acoso asfixiante del Estado de Israel y la utilización interesadas de los países árabes de la zona. Pretender que la ANP, engendro creado por el contubernio entre la U.E y los EEUU de Norteamérica para lavar su mala conciencia por la aberración que supuso el desmantelamiento del protectorado británico en aquellas tierras, es simplemente un desvarío. Las dos facciones que se disputan el poder en aquella zona no están legitimadas para alzarse con la enseña de la defensa de los derechos de un pueblo humillado y despreciado por propios y extraños. Tanto Al Fatah como Hamás, están al servicio de intereses extranjeros y espurios a la causa palestina y muy poco interesados en que se ponga fin a esta situación kafkiana que se vive desde hace más de 60 años. La ANP esta deslegitimada a causa de la corrupción y el nepotismo que anida entre sus dirigentes y sólo por la ayuda que recibe de Occidente puede sobrevivir. Hamás es utilizada como punta de lanza contra Israel, por los enemigos eternos de este Estado, o sea Irán, Siria, Jordania y Líbano que utilizan la causa del pueblo palestino, como forma eficaz de atacar y poner contra las cuerdas de la opinión pública a los israelitas. El slogan “echemos a los judíos al mar” es el leitmotiv que se extiende desde Damasco y Teherán hasta las orillas del Mar Rojo, acompañados por los corifeos jordanos y libaneses a los que poco importa la situación que viven los palestinos. Hamás es una sucursal del terrorismo internacional que propician y fomentan los sirios del partido nacionalsocialista Baas y los ayatolás iranís, de confesión chiita y enemigos irreconciliables de los sunitas, o sea del Islam que practica el cien por cien de los palestinos.
La segunda es que mientras Hamás continúe engañando a su pueblo con “panem et manu militari” en tanto que la ANP sigue robando y expoliando a ese mismo pueblo, el futuro democrático y en libertad de los palestinos será inviable. Hamás , como muy bien comprendió el militante de Al Fath Muhammad Dahlan, ha extendido una Red Social tan densa y bien entramada, en la que mezcla el adoctrinamiento religioso con el político y militar, que será muy difícil desmontarla en el futuro. Esta red se surte de donaciones extranjeras, de la práctica del contrabando a gran escala e incluso del robo, y si alguien lo dudaba ahí está el reciente caso de la confiscación de la ayuda humanitaria enviada a los territorios para paliar el desastre humano de los recientes enfrentamiento, que ha servido a Hamás para alzarse ante su pueblo como el Redentor de todos sus males. Además a su favor opera el altísimo grado de analfabetismo que asola a la población de Gaza y la facilidad con que estos siguen a aquellos que siembran sus mentes con el odio y el revanchismo que caracteriza a los radicales de cualquier pelaje.
La tercera, no es otra, que la postura intransigente y asfixiante del Estado judío para resolver, lo que a mi entender es la cuestión clave del problema, o sea, los asentamientos judíos en tierras palestinas y la asfixia económica, con la excusa de la seguridad, a la que está sometiendo a la población árabe. Mientras Israel no proceda al desmantelamiento de estos asentamientos ilegales, muchos de los cuales se han establecido violando flagrantemente los acuerdos de Oslo; hasta que el gobierno de Tel Aviv no comprenda que es necesario abrir fronteras para facilitar el paso de trabajadores árabes y que se establezca un flujo comercial y financiero entre ambas partes; en tanto en cuanto, los israelitas no entiendan que miles de palestinos tiene el derecho a regresar a sus hogares de los que fueron expulsados ilegítimamente y se ponga fin a la diáspora del pueblo hermano, no será posible llegar a ningún acuerdo válido y eficaz.
La cuarta es que mientras Hamás siga en Gaza y amenazando Cisjordania no hay acuerdo de paz posible; mientras Egipto y Jordania no se comprometan con una solución regional, no habrá plan de paz que funcione; y mientras Irán continúe con su proyecto nuclear amenazante para Israel, la paz será imposible.
La quinta y última, no es otra que el derecho de Israel a defenderse de los ataques repetidos procedentes de la franja de Gaza y que pone en peligro la vida de sus ciudadanos. Israel es un estado democrático que lucha por su supervivencia desde hace más de sesenta años, rodeado de países declaradamente enemigos y sufriendo la incomprensión y la incuria de aquellos que se llaman aliados. Los regímenes políticos de los estados árabes que rodean a los israelitas, son cualquier cosa menos democráticos, pero a todos ellos les une el hecho de que son irracionalmente antisemitas. Por tanto mientras no cambien esos regímenes políticos y se abandone el antisemitismo y el odio a la estrella de David, Israel seguirá respondiendo con firmeza a los ataques que se le dirijan. Que esa respuesta sea proporcionada, desproporcionada, inútil o sangrienta (“operación Plomo Fundido”) es una cuestión muy digna de ser debatida en foros intelectuales, pero desde el punto de vista de la supervivencia de un pueblo, es una cuestión totalmente baladí a los que poco importa si son “galgos o podencos” puesto que lo que quieren es que no les “cacen”.
Como comprenderán los amables lectores que hayan tenido la paciencia de seguirme a través de esta serie de artículos, el panorama es desolador, pudiendo concluir, con mucho dolor y desesperanza que la PAZ NO SERA POSIBLE, en mucho tiempo.

JUAN ESPAÑOL

viernes, 13 de febrero de 2009

LA MONTERIA

En el gran acervo musical español existe una simpática zarzuela, debida al maestro D. Jacinto Guerrero, titulada La Montería. Al inicio de la misma, el coro de aldeanos, ante la presencia de los cazadores, entona una canción que comienza así:” Ay cazador, cazador que vas en busca de amor….”. Ello me ha dado píe para que, con permiso de los herederos del maestro y sin tener que abonar derechos de autor a la SGAE, haya modificado un tanto esa letra en honor a la inmaculada y siempre honesta y justicia española. En mi versión el coro iniciaría la representación cantando lo que sigue:” Ay Bermejón y Garzón que vais en busca de Marianon, corred raudos y ligeros que el gran muflón puede escaparse por el cañón y dejaros sin culebrón”.
Reconozco que los ripios son muy malos pero, a mi entender, están a la altura intelectual de los personajes que se citan en “mi obrita” cuyo argumento, en breve sinopsis es el que sigue: Los cazadores citados, acompañados de una bellísima cazadora-fiscal, dedican su tiempo de ocio a cazar muflones en la sierra jienense. Cual Albertos y Abellos, vistiendo vistosas galas de monteros, con trajes de paño fino, sombreros de fieltro adornados con pluma de ave canora y botas camperas de Valverde del Camino; pertrechados de flamantes escopetas Sarrasqueta y bellas cananas en talabartería repujada a mano, allá que se echan al monte, Bermejón y su compinche Garzón acompañados de la bella Dolores y de una pléyade de agentes forestales y ojeadores de reconocido prestigio. Van a cazar muflones, el gran artiodáctilo de la subfamilia Caprinae, en un coto privado de un distinguido farmacéutico que se expresa en catalán aunque el tío es de Jódar, provincia de Jaén. Según los expertos cinegéticos los muflones de este año son de una calidad excepcional y se confía en dar una batida espectacular.
Pronto llegan a los puestos asignados desde donde observan el ir y venir de muflones, venados y cervatillos. Pero hete aquí que el cielo se nubla con una bandada de gaviotas que procedentes del norte peninsular se han despistado en busca de las costas más cálidas de Levante y han atravesado la península con un aletear cansino y desesperanzado. Esta es la ocasión de afinar la puntería, se dicen los ilustres cazadores y empiezan a disparar como locos a las necias gaviotas que van cayendo sin decir ni pío. Los muflones aletargados y enfrentados los unos con los otros en la manada, siguen impávidos y ajenos a lo que sucede cerca de ellos. Más de pronto el gran muflón que se distingue por sus grandes barbas y su cortedad de vista, alza la testuz, olfatea el peligro y ordena que la manada se refugie entre las rocas serranas. ¡Ah, pero ya es tarde!, mas de 30 muflones caen abatidos por la certera puntería de los cazadores/cazadoras; otros quedan gravemente heridos, los mas huyen, pero el gran muflón, decide defenderse y arremete cornamenta en ristre contra los puestos de los ojeadores. El gran artiodáctilo pone en desbanda a los cazadores que, al verse acosados, se refugian en el cortijo de la finca llamado”Audiencia”, donde se pertrechan para la defensa con fuerzas del orden público y comienzan a lanzar mensaje a los medios de comunicación, acusando al gran muflón y al resto de la manada, de “respuesta desproporcionada” a sus inocentes disparos. Los medios se hacen eco de la barbarie de los muflones y acusan a estos de haber invadido la propiedad ajena, de haber pastado en terrenos prohibidos gracias al soborno, cohecho y demás “echo” de guardas, gañanes y mayorales; de celebrar festines y comilonas de especies protegidas a las que han invitado al capataz de la finca, a su mujer, hijos, yernos y demás parentela, de defecar a las puertas del palacete, de ser causantes del cambio climático y de que el abuelo del gran muflón había estado en la guerra de Irak junto a los muflones que invadieron aquel país acompañando a las tropas de Bush, Aznar Blair.
Ante esta situación, los muflones atacados y zaheridos por la opinión pública, deciden suicidarse desde el Salto del Fraile que es tanto como tirarse por las escaleras del Parlamento. Mientras los muflones agonizan, los cazadores son liberados en olor de multitud. LA COMEDIA E FINITA.
El autor de esta nueva versión de “La montería” no es otro que el Gran Almotamid, prestigioso y reconocido dramaturgo que se ha dignado ofrecerla en primicia a

ALMOTAMID

martes, 10 de febrero de 2009

HAMÁS O LA CÓLERA DE ALÁ

En mi anterior artículo, titulado “LA GRAN MASCARADA”, terminaba preguntándome que era Hamás. Pretendo ahora abordar brevemente la historia de este movimiento islámico fundado por el jeque Yassin en los primeros días de la Intifada de 1987, y posteriormente obtener ciertas conclusiones que quizás puedan hacernos comprender el por qué de la Operación “Plomo Solido” llevada a cabo recientemente por el Gobierno israelí
El Movimiento de Resistencia Islámico (HAMÁS)es una organización nacionalista islamista suni palestina que tiene como objeto la destrucción del Estado de Israel y el establecimiento de un estado islámico en la región histórica de Palestina (que comprende Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza) con capital en Jerusalén. Para lograr este objetivo Hamás cuenta con una serie de organizaciones dependientes que desarrollan sus actividades en muy diversos ámbitos, que abarcan desde la educación cultural y religiosa a los jóvenes a través de sus madrasas( escuelas coránicas), la asistencia social a los palestinos más necesitados (y a las familias de sus propios miembros muertos o presos en cárceles israelíes), la representación en las instituciones democráticas palestinas a través de la lista Cambio y Reforma (presentada en las elecciones generales de 2006 y que obtuvo mayoría absoluta, lo que le otorgó la potestad de formar el gobierno que lidera Ismail Haniye), hasta las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassam, brazo armado de Hamás que mantiene la lucha armada contra el estado de Israel, al que considera un estado ilegítimo.
Durante la presidencia de Yasser Arafat, la Autoridad Nacional Palestina intentó atraer a Hamás hacía la política tradicional, fracasando en su intento, lo que dio lugar a que mas de mil militantes de esa organización radical fuesen arrestados por las fuerzas de seguridad de la ANP, pero evitando transformar al grupo islamista en una organización clandestina con el fin de evitar una guerra civil palestina. Vano esfuerzo como tendremos ocasión de comprobar más adelante.
A finales de los 1970, el jeque Ahmed Yassín, un alumno coránico parapléjico en la Ciudad de Gaza, logra crear un movimiento social manifestando que el verdadero enemigo del pueblo palestino no era sólo el Estado judío, sino los vicios fustigados por el Islam, verdaderos "azotes de los palestinos", a saber: las prostitutas, los narcotraficantes (incluyendo a los que vendían droga solamente a israelíes), los policías corruptos y los empresarios que colaboraban con Israel en provecho propio sin ayudar a los palestinos, amén de los intelectuales que anteponían filosofías extranjeras al Islam. En un principio, el Shabak, uno de los servicios secretos israelíes, no vio a Yassín y sus alumnos como una amenaza. Sólo empezó a preocuparse cuando los seguidores del jeque empezaron a asaltar a colaboracionistas de Israel en los barrios de Gaza. Hasta entonces, Israel incluso les había dado cierto apoyo oficioso para que se enfrentaran a AL FATAH o al FPL en Gaza y Cisjordania.
En 1984 los israelíes reconocieron en Yassín y sus alumnos a los peores predicadores del odio contra Israel. Al año siguiente se le hallaron al clérigo coránico armas en su propia casa; preparaba una revuelta islamista en Gaza. Detenido por el Shabak, Yassin se convirtió en un famoso prisionero, conocido por la prensa como el "terrorista en silla de ruedas". Mientras purgaba prisión, sus seguidores consolidaban la organización, la cual ya administraba madrasas y clínicas en los barrios más desfavorecidos, obteniendo fondos para asistencia social entre empresarios y jeques petroleros del golfo Pérsico, los cuales querían un aliado palestino contra el izquierdismo laicista que amenazaba sus intereses. Así, de una cuadrilla de alumnos fanáticos surgió un movimiento clandestino potencialmente peligroso.
En 1987, Yassín salió de la cárcel y durante el curso de la primera Intifada, Hamás emitió su primer comunicado en diciembre de 1987. Fueron el jeque Ahmed Yasín y varios seguidores como Mahmud Al Zahhar y Ábdel Aziz ar-Rantisi quienes estructuraron y difundieron el movimiento de una forma oficial. Luego, en 1991, Hamás declaró la creación de las Brigadas de Izzedín al-Kassam, su brazo militar.
En el Artículo Segundo de su carta fundacional, fechada el 18 de agosto de 1988, Hamás se presentó como una rama del movimiento internacional de los Hermanos Musulmanes, fundado en Egipto en 1928 por Hassan al-Banna y que propugna la aplicación de la ley islámica en diversos aspectos de la vida diaria, pero la vinculación con dicho movimiento en realidad nunca excedió lo meramente ideológico.
Es en esta carta fundacional donde Hamás establece su programa político : No reconoce la legitimidad del Estado de Israel, ni acepta la resolución que la Asamblea General de las Naciones Unidas propuso el 29 de noviembre de 1947 mediante la cual se establecía la partición de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío. Considera que Israel fue edificado a partir de la usurpación de la Palestina histórica y no acepta ninguna reconciliación con los judíos que no incluya su renuncia a cualquier pretensión sobre Palestina, incluyendo la totalidad del actual territorio del Israel. En múltiples ocasiones los líderes de Hamás han calificado a los diálogos entre árabes e israelíes (como los llevados a cabo en Oslo) como una pérdida de tiempo. Apoyan la lucha armada y los ataques suicidas contra civiles como medio para el logro de sus objetivos...
Pocos meses después de la presentación programática, Hamás inició una ola de secuestros y ataques contra intereses israelíes. A causa de los mismos, el primer ministro de Israel Isaac Rabin decidió expulsar algunos cientos de militantes del grupo al sur del Líbano. Pero ante la presión de países extranjeros, Rabín consintió en devolverles a Gaza. Esta decisión favorecó al grupo extremista ya que durante su exilio les permitió establecer estrechos con grupos armados del Líbano como Hezbolá y Jihad Islámica. Ambos grupos ayudaron a Hamás a diseñar una nueva táctica del terrorismo palestino: el atentado suicida.
Cuando Yasser Arafat e Isaac Rabin se encontraron en Oslo durante los años 1993 y 1994 y acordaron negociar el fin de la guerra palestina-israelí, Hamás denunció a Arafat y la OLP como traidores que permitirían la división de la Palestina histórica. Para Arafat fue difícil convencer a los palestinos del acuerdo, y provocó la decepción y el alejamiento de muchos de sus partidarios en la OLP y en Al Fatah, mientras que Hamás no fue debilitado, porque no era miembro de la OLP.
Durante el traspaso de autoridad en Gaza y Jericó desde la Administración Civil israelí a la nueva Autoridad Nacional Palestina (ANP), Hamás se fortaleció como el mejor grupo alternativo a Fatah. Criticó a Arafat como un "dictador corrupto" que estaba aprovechando el nacionalismo palestino para sus propios fines. Contra Hamás se formaron milicias de Al Fatah como “Tanzim” creada por Marwan Barrouti en Cisjordania. Pero más despreciado y odiado por Hamás fue el Servicio de Seguridad Preventiva y su director Muhammad Dahlan. militante leal de Fatah, que entendió muy bien que la red social de Hamás, vigente ya durante muchos años, tenía el potencial suficiente para suplantar a la ANP y constituirse como un estado dentro del estado. Poco tiempo después Dahlan era asesinado por sicarios del movimiento islamista radical.
Hamás inició una campaña de atentados terroristas suicidas en 1994 con una frecuencia sin precedentes. Lo que se pretendía por parte de sus líderes era desgastar la figura de Arafat y atraer a su bando a los descontentos y desilusionados por la concesiones realizadas en Oslo. Arafat tuvo una actuación dubitativa, sin decidirse a enfrentarse abiertamente a Hamas quizás pensando que el aumento de la violencia no impediría obtener nuevos compromisos de Israel a favor de la causa palestina. La dureza negociadora del Likud que llega al poder con Benjamín Netanyahu, las actividades belicosas de Arafat mismo, la ola de crímenes palestinos en Israel después de los acuerdos y la aparición de los hombres- bomba de Hamás, fueron motivos evidentes en el proceso de sabotear las negociaciones entre Israel y la ANP.
.Una cuestión muy interesante es saber quién financia a este grupo declarado terrorista por los EEUU, la UE, Canadá, Japon, Israel y Australia.
A lo largo de su historia, Hamás ha recibido apoyo económico de muchas partes, incluyendo a jeques petroleros del Golfo y, según las acusaciones de Estados Unidos e Israel, de gobiernos como el de Irán (pese a pertenecer a la rama chií del Islam, rival de la suni imperante en Hamás), Arabia Saudí o Siria. También otros gobiernos, como los de Venezuela , Cuba, Corea del Norte, o China, han sido acusados de prestarle apoyo. De otra parte, Hamás está estructurada en torno a la dawa el principio musulmán de asistencia a los necesitados y a los conceptos de zaqqat (caridad) y sadaqat (donaciones), a través de los cuales recibe fondos de muchas organizaciones de beneficencia situadas fuera de los territorios . Israel ha declarado como "organizaciones clandestinas" a 20 comités de beneficencia de Hamás dentro de Cisjordania y Gaza y a 8 entidades de caridad de fuera de los territorios, debido a su relación con dicho grupo radical
Hamás cuenta con una amplia red de atención social que le ha dado gran popularidad entre la población palestina, que sufre las consecuencias del conflicto con Israel. La organización se encarga de cuidar y mantener económicamente a los familiares de sus activistas y militantes que se encuentren encarcelados en cárceles israelíes, que hayan muerto como consecuencia de ataques del ejército israelí o a causa de sus actos contra Israel, incluyendo los atentados y ataques armados. También cuenta con una amplia red de escuelas coránicas y centros de atención, y acostumbra a repartir comida entre la población en las épocas de mayor crisis económica. De esta forma, es visto por parte de la población palestina como la única organización que, a pesar de los múltiples cambios coyunturales, apoya firmemente y sostiene a su pueblo.
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Hamás no tomó parte en la vida política de la ANP hasta 2006. Fue en ese momento cuando declaró su preparación para la participación política. En esas elecciones generales, la lista de Hamás, Cambio y Recuperación, ganó con victoria arrolladora.
Desde ese momento, el poder del gobierno en la ANP quedo dividido entre los que apoyan al Presidente Mahmud Abbas ("Abu Mazen"), jefe de Al Fatah, y los del Primer Ministro Ismail Haniya, un activista oficial de Hamás. Hay señales que indican que el poder real recae en Jaled Mechal, el jefe de la Oficina Estatal, que es la rama externa del grupo en Damasco, y que siempre fue considerado uno de los dos tenientes mayores de Yassín- hasta su asesinato- junto a Abdelaziz ar-Rantisi. Aunque los israelíes creen que Mechal, una figura dentro de los “halcones” de Hamás, es más peligroso que Haniya, hasta el momento no negocian ni siquiera con este último , ya que prefieren reconocer únicamente la autoridad del Presidente Abbas en todos los asuntos entre la ANP e Israel. Hasta ahora el gobierno de Israel solo hizo acuerdos formales con líderes regionales de Hamás, para asuntos menores como la utilización del agua y la electricidad en ciudades especificas como Tulkarem y Naplusa.
La reacción de Al Fatah a su derrota en las elecciones legislativas de enero 2006 fue rechazar de la oferta de Hamás para formar un gobierno de unidad nacional. Desde aquella decisión, los militantes de Fatah y Hamás se han enfrentado muchas veces en las calles de la Franja de Gaza y en Cisjordania (donde el BIK es muy débil frente al poderío de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa y del Tanzim, de Al Fatah). Haniya y Abbas han sido objeto de intentos de asesinato por parte de ambas facciones enfrentadas.
A principios del 2007 se intensificaron los enfrentamientos armados entre ambos bandos con el resultado de decenas de muertos y secuestrados de ambos bandos. Se había iniciado una guerra civilista entre palestinos de uno y otro bando.
Por otro lado, la comunidad internacional se negó, desde la victoria electoral de Hamás en las elecciones palestinas del 2006, a prestar ayuda financiera o reconocimiento legítimo al gobierno de Hamás, debido a que esta organización se niega, hasta el momento, a aceptar los tres puntos básicos exigidos por la ONU para avanzar en el proceso de paz: el reconocimiento del derecho de Israel a existir, renunciar a la violencia terrorista y aceptar los Acuerdos de Oslo.
A fines del 2006 y principios del 2007 Hamás oficialmente puso fin a su campaña de atentados terroristas contra Israel, declarando una tregua unilateralmente. Sin embargo siguió aprovisionándose, a través de los famosos túneles subterráneos que le enlazan con territorio egipcio, de un gran arsenal de armas pesadas para atacar objetivos israelíes, a la vez que su brazo armado continuaba lanzando misiles Kassam contra los asentamientos israelíes limítrofes a Gaza (como la ciudad de Sderot).
Esta es, muy condensada, la historia de Hamás uno de los grupos terroristas más violentos y activos en el Oriente medio. Ha llegado, pues, el momento de establecer conclusiones, lo que haremos en el próximo y último artículo de esta serie.

JUAN ESPAÑOL

lunes, 9 de febrero de 2009

MITOS Y VERDADES DEL GENOMA HUMANO

Si el libro de instrucciones de un ser vivo es su genoma, los genes podrían ser sus capítulos. El genoma humano tiene una longitud de 3.000 millones de letras o bases de ADN, y con tal cantidad de bases, el número de combinaciones posibles es mayor que el número de átomos en el universo. Si ampliásemos las bases de ADN al tamaño de defecto en Microsoft Word (12 puntos), nuestro genoma mediría mas de 10.000 Km, es decir, podríamos cruzar el Atlántico. El hecho de que en la sociedad actual la tecnología genómica está recibiendo gran cantidad de interés viene en parte por la gran promesa de futuro que ofrece la genómica. En este artículo me propongo analizar brevemente su estado de desarrollo actual, desmentir algunos mitos y poner de relieve ciertos aspectos que se derivan de su uso y que ya están teniendo un impacto importante en nuestra sociedad.

Desde que se llevó a cabo la secuenciación del primer genoma a mediado de los noventa, la producción de datos procedentes de la secuenciación de genomas está creciendo a un ritmo vertiginoso. Hace dos décadas, para la secuenciación de un gen de >10.000 bases de ADN o 10 Kilobytes (una base por byte) se tardaba meses. Hoy día en el Wellcome Trust Sanger Institute, la institución de mayor contribución al genoma humano, se consigue producir la friolera de 320 Terabytes de ADN en dos horas, o para que nos entendamos, 320.000.000.000 bases o letras de ADN. De hecho, en el mismo instituto, los dos últimos años han generado una cantidad de datos mayor que en los quince anteriores. Esta generación de datos genómicos no solo está creciendo a un ritmo exponencial, sino que es un ritmo muy superior a la conocida ley de Moore, que postula que el poder de procesamiento de una computadora se duplica cada 18 meses. A ese ritmo de producción, que se sigue acelerando constantemente, es probable que las computadoras más potentes del mundo no sean capaces de procesar toda la información genómica que se produzca a corto o medio plazo.

Este panorama ya está influenciando profundamente la forma de hacer ciencia en el campo biomédico, el cual se ha transformado radicalmente en las últimas décadas en gran medida por la genómica. Tradicionalmente, se planteaban una serie de preguntas para un gen específico al cual se identificaba y describían los efectos que se producían cuando se mutaba ese gen en un organismo modelo. Ahora el problema no radica en la identificación de un gen en particular, sino en la interpretación de decenas de genomas a la vez, cada uno con miles de genes. Aparte de esta nueva forma de hacer biología, los seres vivos ya no se ven como máquinas complejas, sino como agentes transmisores de información. Información que se recombina de generación en generación y evoluciona para que aquellos que tengan el ADN más robusto sobrevivan a sus competidores.

Uno de los retos principales en este nuevo paradigma de organismos como agentes transmisores de información, consiste en caracterizar el conglomerado de flujos y procesos que dan lugar a la vida. La vida tal y como la conocemos, pasa a ser el resultado de interacciones entre componentes en sistemas de distintas escalas: escala molecular, celular, tejido, organismo e incluso ecosistema. Y es que conforme más profundizamos en el entendimiento de la biología, mayor es la complejidad de los modelos matemáticos que se producen. Antes de la revolución genómica se solía hablar del gen de la diabetes o el de la obesidad. Hoy se sabe que cualquier función del organismo, por sencilla que sea, se trata de una multitudinaria red de genes que se expresan dinámicamente en el tiempo. Para entender nuestro conocimiento actual de cómo funcionan los genes, imaginemos que cada gen es un instrumento musical dentro de una orquesta de 30,000 instrumentos, tantos instrumentos como genes tiene nuestro genoma. Para componer una sinfonía (función) es necesaria una coordinación adecuada de todos los instrumentos, cada uno con un ritmo y una nota precisa. No es de extrañar, por tanto, que cuando hay una disfunción de algún instrumento, se produzcan cacofonías, afectando más profundamente a las facultades que involucran a mayor número de genes, como la inteligencia.

Una aplicación genómica consiste en la utilización de microchips de ADN para el diagnóstico de enfermedades genéticas. Hay microchips en el mercado que permiten hacer análisis de genomas completos utilizando 42 millones sondas o “trozos” de ADN, abarcando toda la longitud del genoma. De esta manera se puede diagnosticar con un alto grado de resolución si cualquiera de los segmentos correspondientes a las sondas se hayan duplicados o ausentes en el genoma del paciente, permitiendo asociar un cuadro médico determinado a aquellos cambios que se detecten con respecto al ADN de referencia. Aunque somos capaces de identificar la causa de una enfermedad genética particular, todavía estamos lejos de poder modificar el ADN identificado como dañino dentro de personas. A día de hoy, todos los intentos por cambiar la información genética de un ser vivo adulto han servido en vano. Incluso inyecciones de ADN dentro de la célula dañada son reconocidas por la propia célula y destruidas como mecanismo de defensa.

En este contexto, no parece ilógico que muchas personas se planteen la posibilidad tener hijos con genes “más puros”: más inteligentes, guapos y fuertes. En cierta manera esta práctica ya se está dando en algunas clínicas de fertilización, así como el uso de microchips para recomendar el aborto en diagnosis prenatal de malformaciones genéticas. Otro tipo de uso es la creación de fetos clones de adultos, es decir, con contenido genético idéntico al adulto que son congelados y mantenidos para órganos de repuesto. A principios del siglo XXI tenemos una tecnología incipiente que debe ser urgentemente regulada por los órganos competentes, y de cuyo uso adecuado depende el progreso o la ruina de la especie humana. Las tecnologías genómicas poseen un potencial enorme para revolucionar la medicina, la agricultura, el medio ambiente, la economía y el conjunto de la sociedad. Dichos avances solo han sido posibles dentro de la confluencia de las tecnologías de secuenciación con la capacidad de procesamiento computacional y la aparición del Internet para el acceso y reuso de los datos. Aunque muchas de las promesas hechas a raíz de estas tecnologías están todavía por ver, nos encontramos en una coyuntura ética y social sin precedentes.

Dr Manuel Corpas, Wellcome Trust Sanger Institute, Cambridge, UK

domingo, 8 de febrero de 2009

LA GRAN MASCARADA

Desde que se inicio la última operación militar israelí contra el grupo terrorista HAMÁS, se extiende por el mundo occidental, y muy especialmente por los países de la Unión Europea, una ola de antisemitismo realmente preocupante. La imagen de un pueblo acosado por la “bestia sanguinaria” del ejercito israelí recorre las pantallas de todas las televisiones europeas, llena las primeras páginas de la prensa escrita, circula por internet a velocidad de rayo y atrona las ondas de las emisoras de radio. Esta campaña mediática a favor de un Estado que no existe y de un grupo terrorista que se hizo con el poder en la franja de Gaza después de arrasar a la Autoridad Nacional Palestina en un enfrentamiento guerra-civilista, está calando y mucho en el pensamiento de una juventud que, salvo honrosas excepciones, presenta un desconocimiento casi total de la historia reciente de Oriente Medio.
Permitidme pues, amables lectores y queridos amigos leales, que en honor a la verdad histórica y a la justicia política, este humilde comentarista se permita refrescar la memoria de aquellos cuyas opiniones o están deformadas por el desconocimiento de la realidad o por un odio irracional hacía todo aquello que proceda de la nación judía. Si me enfrasco en esta tarea es por un deber hacía mis ancestros. Por mis venas corre sangre semita y por mi nacimiento y educación siempre he simpatizado con el pueblo árabe y con su cultura ya que, como dicen los franceses, soy “un pied noire”. A ambas ideologías les debo reconocimiento y respeto; por ello me indigna el tratamiento sectario y partidista que se está dando al enfrentamiento entre dos pueblos que tienen en común mucho más de lo que la inmensa mayoría piensa.
Corría el año 1947 cuando las Naciones Unidas aprueban la partición del antiguo protectorado británico llamado Palestina en dos estados: el Estado de Israel y el Estado Palestino. El primero fue proclamado solemnemente el 14 de Mayo de 1948; el segundo jamás, hasta la fecha, ha llegado a existir. ¿Por qué motivo, el estado palestino no fue creado? Simplemente porque los países árabes de su entorno se opusieron a su creación y al grito de “echemos a los judíos al mar” desencadenaron la 1ª Guerra árabe-israelí, origen de la confrontación que aún perdura.
Perdida ésta guerra por los árabes, se inicia el terrible exilio de más de cuatro millones de palestinos hacía los países árabes “hermanos”, los cuales acogen a los hijos de Ismael (de ahí su nombre de ismaelitas) como auténticos parias, encerrándolos en campos de refugiados tan horribles como Yan Yunes.
En Julio de 1951, y como consecuencia del regicidio de Abdullah I de Jordania ,las tensiones entre jordanos moderados y los palestinos radicales- refugiados en dicho Reino desde el exilio de 1948- llega a su punto máximo dando lugar a feroces enfrentamiento que se saldan con una verdadera carnicería en las filas palestinas.
Con motivo de la nacionalización, en 1956, del Canal de Suez por parte del Rais egipcio Nasser, Francia y Gran Bretaña pactan con Israel la necesidad de un ataque a Egipto; no son los israelitas los que están interesados en la no nacionalización del Canal, sino las dos grandes potencias europeas las que les obligan a actuar de punta de lanza en el ataque combinado efectuado para defender los intereses anglo-franceses. En esta 2ª Guerra árabe-israelí, los judíos se ven forzados a intervenir por las presiones y amenazas de las dos grandes potencias europeas de la postguerra en aras a la defensa de los objetivos de la política medio-oriental de Londres y París. Y ello queda demostrado cuando EEUU “ordena” a los judíos que abandonen sus posiciones a lo largo del Canal y regresen a sus bases en territorio propio.
1967 será testigo de un nuevo y terrible acoso al Estado de Israel por parte de las grandes potencias árabes de la zona. Así Egipto, Siria, Jordania e Irak lanzan una ofensiva por sorpresa y sin previa declaración de guerra, sobre territorios de soberanía judía. La respuesta por parte del ejército hebreo fue fulminante; en apenas seis días de combate derrotan a la coalición árabe y se anexionan la península del Sinaí, Cisjordania y la franja de Gaza. Este fue el resultado de la 3ª Guerra entre árabes e israelitas, conocida también como la “Guerra de los 6 Días”.
Pero los árabes no cejan en su empeño de “echar al mar” a los judíos y así, el 6 de octubre de 1973, los países árabes vuelven a atacar territorios judíos durante la celebración de la gran festividad judaica del Yon Kipur. Tras encarnizados combates y enormes pérdidas por ambas partes, los israelitas logran rechazar a sus enemigos poniendo así fin a la 4ª Guerra entre ambos pueblos.
Estos son los antecedentes remotos del conflicto del que nos estamos ocupando.
Conviene observar cómo, salvo la segunda guerra entre israelitas y musulmanes, todas fueron declaradas por los árabes y todas ellas se hicieron en nombre de la “causa palestina”. Y es aquí donde aparece la primera gran mentira.
Cada potencia árabe se ha servido de los palestinos para sus propios intereses y cuando estos últimos se han resistido han sido literalmente masacrados. Así sucedió en Jordania, en 1971, cuando durante el conocido como Septiembre negro, fueron asesinados 30000 palestinos a manos de sus “hermanos” jordanos; así fue, también en el Líbano, país en el que se había refugiado la Organización para la Liberación de Palestina (O.L.P) huyendo de los jordanos, y donde los sirios intentaron destruir dicha Organización acabando con la vida de Arafat, quien tuvo que huir a Túnez para salvar la vida.
Cuando en 1978, el primer mandatario egipcio, Anwar el Sadat negocia con Israel un Tratado de paz serio y sincero, mediante el cual Israel devuelve a Egipto la península del Sinaí y obtiene a cambio su reconocimiento total como Estado por parte de la nación islámica más poderosa, los demás países árabes consideran al mandatario egipcio como un traidor y decretan su futura muerte, lo que ocurre tres años más tarde cuando extremistas islámicos de la facción Hermanos Musulmanes, asesinan a Sadat durante el desfile militar que presidía. Este asesinato pone fin a la primera y única posibilidad real de alcanzar la paz con Israel y de permitir que más de dos millones de refugiados palestinos hacinados en campos en territorio de otros países fronterizos, pudiesen regresar a su tierra de origen. Es curioso observar que entre los asesinos del rais egipcio figuraban miembros de las brigadas de Al Aksa, brazo armado de Al Fatah el partido de Arafat, que dominaba el Frente de liberación de palestina (FLP).
Muy interesante también es analizar la invasión de Kuwait, por parte del Irak de Saddam Hussein. Bajo el pretexto de que Kuwait era una provincia iraquí y que en ella se deseaba recolocar a los palestinos, Saddam decide invadir una “nación hermana”. Arafat no duda en ponerse del lado de los iraquíes, lo que da lugar a que la OLP deje de recibir los créditos que le otorga Arabia Saudí y los palestinos sufran el acoso físico y material de sus hermanos en el Islam. Ahogado financiera y económicamente, expulsado de Túnez y acosado por los fundamentalistas de Hamas- brazo escindido de la organización egipcia de los Hermanos musulmanes y que creado por el jeque Ahmed Yasin se ha asentado pricipalmente en la franja de Gaza- Arafat se echa en brazos de la U.E, la cual, con el beneplácito de los EEUU de Norteamérica, lo instala en los territorios actuales, le crea ese engendro político llamado Autoridad Nacional Palestina, como primer paso para la creación de un estado palestino, le apaña unas elecciones para nombrarle presidente, mantiene económicamente a su organización, financiando su corrupción estamental así como su rearme militar, y todo a condición de que firme la paz con Israel( Acuerdos de Oslo). Bien los resultados saltan a la vista. Tres “intifadas”, criminal utilización de niños para la comisión de atentados, aumento vertiginoso del terrorismo, compra ilegal de armamento pesado a Irán, China y Rusia , acoso a los intereses israelitas en la zona etc…
A la muerte del corrupto Arafat (se estima que su fortuna personal ascendía a mas de 700 millones de euros), la subida al poder de Mahmud Abbas como nuevo presidente de la ANP no se ha visto acompañada por un cambio en las costumbres y métodos de actuación de la Autoridad Nacional. El nivel de corrupción sigue siendo altísimo, la desatención de las necesidades más perentorias de la población continúa de forma escandalosa: faltan escuelas, la asistencia sanitaria es inexistente; el 90% de la población vive por debajo del umbral de pobreza; el contrabando de armas es un negocio muy floreciente para las mafias que pululan en los territorios bajo el control de dicha Autoridad; el índice de paro es aterrador superando el 60% de la población activa; la presión de Israel sobre el territorio de la franja se hace asfixiante etc.. Todos los intentos de negociación auspiciados por la UE con la colaboración de Egipto han fracasado. Y es en este desolador panorama cuando surge con fuerza la HARAKAT al-MUQÁWAMA-al ISLAMIYA, más conocida por su acrónimo de HAMÁS.
Pero ¿ Qué es Hamás? Pero dejemos esta cuestión para un próximo artículo que titularé: “Hamás o la cólera de Alá”

JUAN ESPAÑOL

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