LA CIUDAD ALEGRE Y CONFIADA

Después de un largo periodo de descanso y reflexión que he aprovechado para viajar por Europa con el fin de desintoxicarme de la cutrez socio-política que afecta a este nuestro amado país, reinicio mi correspondencia con los Amigos Leales que tienen la bondad de leer mis "incorrectas opiniones" sobre el acontecer diario español.
He titulado este comentario apropiándome de una expresión plasmada por nuestro gran premio nobel de literatura D. Jacinto Benavente en una de sus obras teatrales cumbre.
Esta España política de mis culpas y pecados se parece cada día mas a un carrusel de vanidades, despropósitos y desafueros. Basta con seguir los titulares de los medios de comunicación para llegar a la conclusión de que este pueblo aborregado y anestesiado no tiene remedio. Así asistimos impávidos al aquelarre político que supone el enfrentamiento entre la Justicia y los cuerpos de seguridad del Estado; al rifirrafe entre el Gobierno y la máxima autoridad monetaria del país, o sea el Gobernador del Banco de España; al desencuentro de la Iglesia con comunicadores que pertenecen a la cadena de emisoras propiedad de aquella y que hasta hace poco eran considerados como los máximos defensores de los valores que proclama la jerarquía eclesiástica; a unos sindicatos que ofrecen su apoyo incondicional a un Gobierno que nos lleva a marchas forzadas hacia la terrorífica cifra de 4 millones de parados; a una oposición de "perfil bajo" que espera anhelante unas elecciones en donde pueda sacar pecho aunque las mismas les importe un bledo a la gran mayoría de los españoles; a una lideresa populista que no tiene el menor reparo de escenificar una escena de "amor político" con un truhan redomado, que rememora la escena del sofá de D.Juan Tenorio; de un alcalde "muy gallardo" que no tiene empacho alguno en mantener una cordial entente con quien, como buen "bombillero iluminador", saco a la luz trapos sucios en la vida sentimental de aquel otro; a un jefe de policía acusado de prevaricación, cohecho, extorsión y deposito ilegal de armas cuya mayor ambición es reintegrarse nuevamente el mando policial ; a unos facinerosos acusados del asesinato de una chiquilla de 17 años cachondeándose de la Justicia y de la Policía y pidiendo indemnizaciones millonarias por "atentado a su intimidad" ¡ y consiguiendo que un Juez se la conceda!

Todo esto y mucho mas traga el buen pueblo español, lo cual me confirma en la idea de que Franco tenía razón cuando afirmaba que el pueblo español era muy fácil de gobernar. ¡ Ya lo creo, mi general! no hay nada mas fácil que apacentra un rebaño siempre y cuando no aparezca el lobo. Y este carnivoro animal ya empieza a asomar las orejas. Pero nuestra buena gente no cree en quienes desde hace tiempo vienen alertando sobre la cercania de este mamifero depredador. Los que tal hacen son tachados de antipatriotas, resentidos, fachas irredentos y otras muchas cosas que por respeto a mis lectores me callo. ¡ Como va a permitir el españolito de a píe que estos insensatos les amarguen las vacaciones de Semana Santa, o el puente del 1º de Mayo, o de San Isidro o del Sumsum Corda! Estamos en el paro, hipotecados hasta las cejas, sin dinero para la compra, pero nos inventamos mil triquiñuelas para disfrutar de las playas de Benidorm, o aprovechar la "caída de los precios" para pasar una semanita en el Caribe o disfrutar de un crucerito por las idílicas islas del mediterráneo oriental. Parejitas de enamorados en el paro acuden al Corte Ingles para buscar financiación a 12 meses para pasar tres días en Cullera, Benalmádena, o La Toja. Probas familias con dos o tres miembros en el paro, accede a Viajes Marsans para financiarse a 36 mese un crucerito en el Caribe. ¡¡¡¡Endeudamiento, endeudamiento, ese es el grito de guerra lanzado por el Gobierno y acogido de mil amores por "la ciudad y alegre y confiada"!!!!. En cada español anida un Luis XV, sí aquel monarca francés que proclamaba a los cuatro vientos aquello de " A prés moi, le deluge". Y ya vieron que diluvio le cayo al desgraciado de su sucesor, fue de tal magnitud que le costo la cabeza a él y ciento de miles de franceses.

Así que, señores, el que avisa no es traidor

JUAN ESPAÑOL