JUSTICIA, VERDAD Y RAZON

Hace pocos días me interpelaba un querido Amigo Leal por las razones que me han llevado últimamente a escribir tan poco cuando existían, según él, tantas “razones” que justificarían que volcase mis opiniones sobre el papel y las hiciera llegar a cuantos tan benévolamente me leen.
Para mí, “escribir” reposa sobre tres principios o valores que deben presidir cualquier labor intelectual que se precie. Y estos valores no son otros , como bien expresa Hermann Tertsch en su última obra, que la Justicia, la Verdad y la Razón.
Pues bien, mi desencanto intelectual reposa en que ya no creo en ninguno de estos “valores”; el mundo que me ha tocado vivir ha despeñado esos tres principios y los ha sustituido por la Injusticia, la Mentira, y la Irracionalidad y gran culpa de que esto haya sucedido la tienen los que hoy detenta la primacía de la intelectualidad, no sólo en España sino en todo el mundo occidental. Pocas voces se han alzado contra el expolio que desde el Poder se ha cometido sobre estos tres grandes valores sobre los que se asentó toda nuestra civilización judeo-cristiana, y las pocas que alzaron la voz han sido silenciadas cuando no zaheridas con burlas indecentes por los appartchik de la verdad oficial. Estamos huérfanos de guías que orienten nuestro pensamiento, que corrijan nuestras conductas y que animen nuestros esfuerzos; apenas quedan “intelectuales” que con vocación de servicio permanente nos transmitan mensajes de trascendencia. Hoy asistimos a la mediocridad, cuando no a la mentira, en el seno de las instituciones que deberían velar por la dignidad y la verdad de los mensajes que se han de hacer llegar a los hombres libres, a aquellos que se niegan a ser incluidos en la grey de borregos que pastorean desde el Poder; muy al contrario, son desde esas mismas instituciones-Universidades, Academias, Cenáculos- desde donde parten las mas que vulgares directrices y los mas abyectos ”consejos”. La Justicia es conculcada, la Verdad prostituida y la Razón pisoteada en aras del buenísimo, del relativismo hedonista, de lo políticamente correcto.
Basta con que volvamos la vista hacía lo que esta sucediendo en nuestra nación, desde hace mas de seis años, para que confirmemos que nada de lo que afirmo aquí es una exageración provocada por una mente calenturienta; es simplemente la constatación de una realidad cruda y amarga. Tomemos como ejemplo los recientísimos acontecimientos derivados de la huelga de controladores aéreos. La sociedad borreguil española, se rasga las vestiduras ante la actuación de este colectivo profesional, acusándoles de insensibilidad social, de actitud canallesca por dejar sin vacaciones a cuatrocientas mil personas etc. sin pararse ni un minuto a considerar los motivos o causas que le han llevado a adoptar tal decisión. Mientras tanto esa misma sociedad estupida y apesebrada se muestra impasible ante la miseria que sufren mas de un millón y medio de familias que tienen a todos sus miembros en paro, a esos mas de ochocientos mil individuos que cada día han de recurrir a los comedores de Caritas y a los Albergues municipales para poder sobrevivir, y a esos mas de cuatro millones de personas que están buscando infructuosamente un empleo desde hace dos años. ¡Nos han dejado sin vacaciones, sin poder ir de compras a NY, sin poder disfrutar de un concierto, de una opera, o de un “polvo” en Londres, Praga o Venecia!
De verdad, amigos leales, ¿creéis que vale la pena escribir sobre todo esto?
Un abrazo de

JUAN ESPAÑOL