lunes, 5 de mayo de 2008

La despensa, los estabilizadores automáticos y otras cosas de comer

En las últimas semanas, tanto el Sr. Solbes como el Presidente Zapatero han empezado a aceptar lo evidente: lo que ellos llaman la "desaceleración" de la economía española. Según el argumento gubernamental, su disciplina fiscal en los últimos años ha llevado a que la "despensa" esté llena y que, por lo tanto, la actuación de los estabilizadores automáticos y unas cuantas políticas de ajuste en el lado de la demanda serán suficientes para capear una desaceleración que, en su opinión, viene principalmente inducida por factores externos. Con ánimo constructivo, y esperando no caer en el comando antipatriota, voy a intentar rebatir estos argumentos.

El superávit creado durante los últimos años tiene su origen, fundamentalmente, en el excelente comportamiento del lado de los ingresos, pero en la contención del gasto. Al haber sido el consumo el motor principal del crecimiento de la economía española, esto ha tenido un impacto importante en la recaudación de impuestos derivados del consumo (principalmente el IVA y Transmisiones Patrimoniales). El lado del gasto, no sólo no se ha contenido, sino que se ha ido expandiendo en mayor medida que el crecimiento del PIB Nominal.

Y ahora llega la "desaceleración". Hay consenso en que la desaceleración viene inducida por una contracción importante del consumo. Estamos ante una crisis del consumidor. Por ello, la recaudación en el lado de los ingresos del Estado se está resintiendo notablemente. Los datos de ventas al por menor de los comercios y el desplome de las transacciones inmobiliarias nos indican que la recaudación vía IVA y Transmisiones Patrimoniales está sufriendo un fuerte descalabro. Si añadimos que el Gobierno no está adoptando ni tiene previsto adoptar ninguna medida de contención del gasto (y ahí tenemos el aumento del número de Ministerios), todo hace indicar que al superávit le quedan los días contados. Es más, ya hay varios estudios que indican que podríamos terminar el año con superávit cero. Lo cual sería un movimiento brutal, ya que venimos de un 2.2% de superávit en el 2007. Qué pasará entonces en el 2009 o 2010?

El Gobierno parece convencido de que el temporal amainará sólo con la actuación de los estabilizadores automáticos y las políticas de demanda que va a implementar. Ya comentamos en un artículo anterior (http://ppreinounido.blogspot.com/2008/04/buena-suerte-con-la-economa.html) las carencias de estas políticas de demanda y estamos convencidos de que el superávit desaparecerá este año. Debería pues el Gobierno pues adoptar alguna medida más o dejarlo todo a la buena suerte?

En los últimos años, la economía española ha ido acumulando desequilibrios en su crecimiento que se están empezando a notar con toda su fuerza este año. Por lo tanto, más que actuaciones puntuales y dejarlo todo a que la situación exterior mejore, el Gobierno y la oposición deben plantear alternativas con calado y profundidad para afrontar el cambio del patrón de crecimiento de la economía española.

Un buen punto de arranque es revisar los decretos para la liberalización económica y reformas estructurales aprobados en Junio de 1996 y Enero de 1997. En mi opinión, estos decretos fueron uno de los elementos revulsivos más importantes de la economía española. Es una lástima que esa senda reformista iniciada en 1996 fuera apagándose a medida que el país que crecía más, alcanzábamos el sueño de entrar en el Euro y nos instalábamos en la autocomplacencia económica. Esa llama reformista está ahora totalmente apagada. En esos decretos encontramos medidas que ahora nos parecen increíbles: supresión del monopolio de Telefónica para las comunicaciones, colegiación única en todo el territorio español, apertura a la entrada de capitales extranjeros de inversión, apertura a la libre competencia de servicios como funerarias y mataderos, y un largo etcétera. Todo un shock de oferta que incrementó la capacidad de crecimiento potencial de nuestra economía.

Y ésa es precisamente la senda que hay que recuperar: fomentar la competencia en los sectores de comunicación, de transportes, de distribución de energía. Liberalizar el sector comercial, profesiones y servicios regulados (notaría, registros, farmacios). Impulsar la transparencia en los mecanismos de formación de precios en los mercados de bienes y servicios. Suprimir burocracia administrativa entre las diferentes regiones del Estado. Fortalecer a los organismos reguladores. Y hacer de España un país donde las iniciativas de los individuos y empresas, el talento y la innovación sean los principales generadores de riqueza y empleo.

Parece evidente que el Gobierno no va a levantar esa bandera reformista. Es hora de que el Partido Popular lo haga.

Juan Reig
Secretario de organización
Partido Popular de España en el Reino Unido
www.ppreinounido.com

1 comentario:

Nachete dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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