Buena suerte con la economía. Por Juan Reig

El paquete de medidas para la reactivación económica que aprobó el Gobierno el viernes llega tarde, es pobre en su contenido y es de insuficiente calado.
Las medidas llegan tarde porque el Gobierno sabía o debía de haber sabido que a partir del verano todos los indicadores de alarma empezaron a encenderse. Y debio haber actuado. Sin embargo, se instaló en la dinámica de la negación de la realidad, con una visión claramente electoral, y a aquél que osaba criticarle por su inacción le llamaba antipatriota.
Es impresentable que el Banco de España, en teoría un organismo independiente, haya esperado hasta después de las elecciones a reducir la previsión de crecimiento. Aunque más impresentable es que el Gobierno no lo haya hecho aún.
Así pues, hemos perdido más de nueve meses en la que no hemos administrado ninguna medicina al enfermo. Y el enfermo ha empeorado y nos llegan ahora los doctores Zapatero y Solbes y nos dicen que sí que hay “ralentización”. Esto es otro juego de palabras, similar al de “transfusión”, “conducción” o “captación de emergencia”, mientras que todo el mundo, dentro y fuera de España, utiliza las palabras “crisis económica” y “trasvase”.
Y encima ahora los doctores cogen y le recetan aspirinas al enfermo. Repasemos pues esas medidas tardías, insuficientes y pobres:

• Devolución de 400 euros a los asalariados, autónomos y pensionistas.
Además de ser una medida de dudosa progresividad (las rentas inferiores a 14.000 euros no reciben nada y las grandes fortunas sí), su efectividad como estimulador del consumo es muy limitada. El ciudadano sabe que recibe 400 euros de una forma excepcional, como al que le salen 12 en la quiniela. En una situación de debilidad económica, el ciudadano o bien los guarda debajo del colchón o bien los utiliza para reducir sus deudas con los bancos. Con lo cual los 400 euros se terminan convirtiendo en una transferencia del Estado hacia los bancos vía los ciudadanos y con un impacto muy limitado en el consumo.

• Ampliación gratis del plazo de hipoteca.
Al alargarte el plazo de pago de la hipoteca, pagas menos cuota mensual, pero durante más tiempo. Sin embargo, si los tipos de interés subieran, una hipótesis nada descabellada ya que los tipos los fija el Banco Central Europeo, tu nueva cuota de hipoteca aumentaría en mucha mayor medida que tu cuota anterior. Por eso, hace dos años, Solbes se manifestó en contra de que las hipotecas tuvieran un vencimiento de 40 o 50 años. Por lo tanto, la medida sacrifica la disciplina y aumenta los riesgos futuros, para simplemente producir un alivio monetario momentáneo.

• Avales a las empresas para la construcción de VPO.
Cuál es la lógica de que el Gobierno (todos los españoles) avale a las empresas de construcción, es decir tome sus riesgos pero no sus beneficios? Y si es así, por que no me avala si quiero montar un chiringuito? A parte de la desigualdad manifiesta de la medida, ésta adolece en todo caso de atacar al corazón del problema: en España hay una sobreoferta de viviendas a un precio excesivo. No se necesita incentivar construir más, sino que todo el stock de viviendas que hay salgan al mercado al precio que los consumidores están dispuestos a pagar. El sector sólo podrá ser reactivado una vez se hayan purgado los excesos.

• Plan masivo de recolocaciones.
Este plan incluye medidas como la de tener 1.500 orientadores y ampliar la cobertura del desempleo. Sin embargo, el plan se cae por su propio nombre: para recolocar es necesario que alguien quiere colocar. Es decir, hace falta estimular la contratación y creación de empresas, no seguir ampliando los subsidios.

• Otra medida que ha adoptado es la supresión del Impuesto de Patrimonio.
Un impuesto que se ha quedado obsoleto y que recae en estos momentos en las clases medias y no en las clases altas. Sin embargo esta medida ya la habían implementado las comunidades de Madrid y Valencia. Pero bienvenido sea que se extienda a toda España.

Por ello, me reafirmo en la tardanza, la pobreza e insuficiencia de las medidas. Es más, en momentos de incertidumbre económica, no sólo es importante adoptar las medidas correctoras oportunas, sino que más importante aún es transmitir confianza a los ciudadanos y agentes sociales de que se sabe lo que es necesario hacer. A la luz de todas las declaraciones de sindicatos, empresarios y analistas, parece evidente que eso no se ha conseguido. Esperemos que el doctor Zapatero no lo deje todo a la "buena suerte".

Juan Reig Mascarell
Secretario de Organización
Agrupacion Popular Espanola en el Reino Unido